Rajoy se reune con el sangriento dictador Teodoro Obiang
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------El frustrado sueño africano de España
-El oro negro y los lazos culturales con Guinea Ecuatorial han tentado a los sucesivos Gobiernos
-Rajoy es el primer jefe del Gobierno en 23 años en pisar el país que vulnera derechos humanos
En diciembre de 2011, Repsol decidió salir de Guinea Ecuatorial por “razones exclusivas de viabilidad económica”. En 2009, la compañía española había recibido una concesión para explotar el llamado bloque C-1, de 361 kilómetros cuadrados, frente a las costas de la isla de Bioko. El desembarco de la petrolera fue el principal resultado de la visita que, en julio de ese mismo año, hizo a la excolonia española el entonces ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, acompañado por una amplia delegación de la que formaba parte el senador Manuel Fraga quien, como ministro de Información y Turismo de Franco, firmó el acta de independencia del país, el 12 de octubre de 1968. Pero los altos aranceles impuestos por Malabo llevaron a Repsol a tirar la toalla.
No era la primera vez que lo hacía. En la década de los ochenta la compañía GEPSA, formada por los Gobiernos de los dos países, con Repsol como operadora, realizó las primeras prospecciones en aguas ecuatoguineanas, sin resultado aparente. Pocos años después, compañías estadounidenses y francesas tomarían el relevo con tanto éxito que convirtieron a Guinea Ecuatorial en el tercer productor de petróleo del África subsahariana (tras Nigeria y Angola), un Kuwait en potencia.
El oro negro y
los lazos culturales –es el único país africano con el español de lengua
oficial—han tentado a los sucesivos Gobiernos que han intentado, una y
otra vez, recuperar el tiempo perdido en la excolonia. Desde el punto de
vista económico, España es el tercer cliente de Guinea Ecuatorial y su
segundo proveedor (tradicionalmente era el primero), pero la balanza
comercial es modesta: 186 millones de euros (2011), con un saldo
claramente desfavorable para España (tasa de cobertura del 14,10%).
Los expertos creen que ya es tarde para pretender hacerse con una porción del pastel petrolero.
Los expertos
señalan que ya es tarde para pretender hacerse con una porción del
pastel petrolero: las mejores concesiones se las reparten EE UU (80%),
Francia y China y el pico de producción se alcanzó en 2008. Otros
sectores, como la banca, las telecomunicaciones o los hoteles están en manos francesas; y la construcción, en las chinas.
En Guinea
Ecuatorial viven unos 1.600 españoles. Muchos de ellos son cooperantes y
religiosos (la cooperación española suma entre 10 y 15 millones de
euros al año y se centra en salud y educación), pero también hay
pequeños empresarios, que han querido hacer las américas en África.
Varios de ellos han sido víctimas de la extorsión de sus socios locales,
con la complicidad de la policía, y de la corrupción
institucionalizada, hasta el punto de que el Ministerio de Asuntos
Exteriores se ha visto obligado a advertir, en sus recomendaciones de
viaje, del riesgo de que se les retenga en el país sin orden judicial.
Muchas aventuras han resultado un fiasco, como la del popular Paco el
Pocero, que intentó repetir en Guinea Ecuatorial una macrourbanización
como la de Seseña (Toledo) y acabó demandando al Gobierno africano ante
el Banco Mundial.
Las relaciones
políticas no han sido mejores. Después de que el presidente Suárez se
negara a formar con guardias civiles la guardia pretoriana de Obiang,
este se acercó a Francia, hasta el punto de elevar el francés --y
también el portugués-- a la categoría de lengua oficial. Solo en los
últimos años, a raíz de los problemas de su hijo y sucesor Teodorín con
la justicia norteamericana y francesa, ha vuelto la vista hacia la
antigua metrópoli.
El Gobierno del
PP ha contemplado hasta ahora con reparos las maniobras de
acercamiento. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel
García-Margallo, no ha pisado la excolonia (el único alto cargo que ha
viajado a Malabo ha sido el secretario de Estado de Cooperación, Jesús
Gracia) y Rajoy evitó encontrarse con Obiang tanto en el funeral de
Adolfo Suárez, en marzo (aunque fue el único jefe de Estado extranjero
que acudió) como en el cumbre UE-África en abril en Bruselas (aunque
estaba previsto que se sentaran juntos a cenar).
“Solo iremos a
Guinea cuando haya de verdad una oportunidad para las empresas españolas
y Obiang cumpla sus promesas de democratización”, afirmaba hace pocos
meses un alto cargo. De momento, ninguna de las dos condiciones se han
cumplido. Moncloa alega que Rajoy --primer jefe del Gobierno español que
pisa la excolonia en 23 años-- no visita Guinea Ecuatorial, sino que
acude a la cumbre de la Unión Africana que se celebra en Malabo, aunque
tenga que reunirse con su anfitrión. Amnistía Internacional le ha pedido
que aproveche la oportunidad para exigirle que ponga fin a las
detenciones arbitrarias y las torturas. Es dudoso que Obiang, que
califica de “injerencia neocolonial” cualquier demanda de respeto a los
derechos humanos, haga caso.
Fuente: El Confidencial de Guinea Ecuatorial-----------------------------------------------------
Diversas fuentes cada una con su enlace original
Teodoro Obiang: dictador, amigo y escondido |
Rajoy en África |
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