Feliz día de
los Reyes Magos a todos, sobre todo a los niños, a esa inocencia, que con su
ilusión nos devuelven a nosotros las ilusiones que hemos perdido por el camino.
Feliz día si habéis sido buenos, seguro que sí, que todos habéis sido muy
buenos este año pasado.
Lo mejor de
este día, la mirada, mitad sorpresa, mitad incertidumbre, que ponen los niños
cuando descubren que los Reyes se han acordado de ellos, es una mezcla entre
¿es verdad o estoy soñando? Esa ilusión, esa alegría que desbordan de sus
poros, ese no saber qué decir, no saber qué hacer o que coger, las miradas
furtivas a papá y a mamá, las risas, los gritos, algún que otro llanto…todo
eso, es lo único que realmente importa este día.
Pero yo no
puedo apartar de mi mente a esos otros niños que este año no tendrán su Rey
Mago, porque quizás la economía no ha ayudado, porque quizás no hay nada que
poder envolver en un papel de regalo. Esos otros niños que verán los regalos de
los demás y ellos se preguntarán si han sido tan malos este año, o los que ya
son algo más mayorcitos y saben perfectamente que la causa es que papá o mamá
no tienen trabajo.