Los hechos se suceden a una velocidad inquietante y apenas tenemos tiempo suficiente para reflexionar o, simplemente, para ser conscientes de que estamos siendo testigos de una sucesión de cambios que, sin dudan, formará parte de la historia de España, de la historia de Canarias o de nuestra propia historia.
La abdicación del Rey
supone el fin de una larguísima etapa de más de 39 años protagonizada
por un monarca que, pese a ser designado a dedo por el dictador,
contribuyó a fortalecer la democracia en sus primeros años, los más
convulsos, aquellos en los que un golpe frustrado pudo haber cambiado el
rumbo de un sistema que, pese a sus deficiencias, ha servido para
forjar el periodo más largo de libertad y democracia.
Más transparencia
El Rey Juan Carlos cede el trono a su hijo Felipe
en un periodo en el que los ciudadanos exigen más transparencia, más
participación en la toma de decisiones políticas, más protagonismo en la
construcción de un país que, en la mayor parte de los casos, se ha ido
edificando de espaldas a la propia ciudadanía y que, poco a poco, ha
sufrido un deterioro de la calidad de su democracia y de sus propias
instituciones.
El relevo se produce tras la sorpresa protagonizada el pasado día 25 de mayo por Podemos,
que logró aglutinar en torno a su recién nacido proyecto político el
apoyo de más 1.200.000 ciudadanos. Una formación política que huye de
las formas de hacer política de los partidos tradicionales y que ha
generado una enorme ilusión entre los jóvenes y, sobre todo, entre
aquellas personas entre 35 y 54 años, con estudios académicos y empleo
estable, desencantados con el poder político y su forma de gestionar la
crisis.
“A Felipe VI le corresponderá afrontar lo que muchos comienzan a denominar la Segunda Transición”.
A Felipe VI
le corresponderá afrontar la que muchos comienzan a denominar la
Segunda Transición. Muchas voces exigen la celebración de un referéndum
para que los ciudadanos se pronuncien en las urnas sobre la continuidad
de la monarquía o la instauración de la III República. Y lo hacen en
coherencia con el proceso irreversible abierto en nuestra sociedad sobre
la necesidad de que la participación de los ciudadanos en la toma de
decisiones políticas no se limite a que acudan a las urnas para
participar en los procesos electorales.
Los denominados partidos
tradicionales son plenamente conscientes de que o se reinventan o están
condenados al fracaso. Sus sedes no pueden seguir siendo estructuras
muertas sin apenas debate. Deben abrir sus puertas para que se
conviertan en lo mismo que fueron en los primeros años de la democracia:
el escenario de asambleas participativas, abiertas y en las que se
producían debates en los que se discutía sobre su realidad más directa,
donde se forjaban ideas y propuestas para el futuro.
Estamos viviendo, pese a
los temores de quienes temen e infunden miedo sobre el cambio, una de
las etapas más apasionantes de la democracia española. Y debemos
contribuir a que este cambio sirva para acabar, como escribe la
periodista Rosa Montero, con “con el viejo mundo y ser capaces de
inventar algo mejor”.
“En Canarias tenemos el desafío de frenar en la cale la medicación envenada del Gobierno de Estado”.
Nosotros, en Canarias,
tenemos ante nosotros el desafío que representa frenar en la calle, con
nuestra protesta más enérgica, la medicación envenenada que el Gobierno
del Estado ha recetado a nuestro Archipiélago: la realización de
prospecciones petrolíferas en nuestras aguas, en nuestro fondo marino.
Todos y todas debemos salir a la calle el próximo sábado, día 7,
para demostrar a aquellos que se empeñan en jugar con el futuro de
nuestra tierra que no estamos dispuestos a ser testigos mudos del mayor
de un atropello e injusticia cometida con un Archipiélago que sueña con
un futuro más limpio y sostenible.
Todo está en fase de
revisión en nuestro país y debemos afrontar este nuevo tiempo para dar
un paso adelante colectivo con implicación y participación de todos
aquellos que compartimos un mismo espacio, una misma sociedad y un
proyecto de futuro y esperanza.
“La nueva política
tiene que ser toda una actitud histórica. Y de eso se trata, de adoptar
una actitud histórica” (Ortega y Gasset).
MANIFESTACIÓN
Concentración del 7 de junio. 18.00 horas.
Tenerife: Avda. de Anaga, Santa Cruz de Tenerife.
Gran Canaria: Parque San Telmo, Las Palmas de Gran Canaria.
La Gomera: Plaza de las Américas, San Sebastián de la Gomera.
La Palma: Plaza de España, Santa Cruz de La Palma.
El Hierro: Las Puntas, Frontera.
La Graciosa: Caleta del Sebo.
Fuerteventura: Plaza de la Iglesia, Puerto del Rosario.
Lanzarote: Calle Real, Arrecife.
Fuente: diarioatlantida.com
“Una cosa no es justa por el hecho de ser ley.