Vivir no es sólo existir...

Vivir no es sólo existir...

Algo mío



jueves, 8 de mayo de 2014

Los ESPÍAS del VATICANO

Eric Frattini
Los espías del Vaticano
Alfredo Alzugarat
alvemasu@adinet.com.uy

Alguna vez, Simon Wiesenthal, el mayor cazador de nazis del mundo, afirmó que “la organización mejor informada y más poderosa del mundo es el servicio de inteligencia del Estado Vaticano”. Bastaría esta sola cita para no solo corroborar la existencia de un sistema de espionaje internacional organizado por la Santa Sede sino también para subrayar su importancia. La necesidad de información ágil y eficiente y la defensa de los bienes eclesiásticos, del poder político y económico que representó y representa el Papado exigen, al menos desde hace quinientos años, esto que la propia Iglesia no duda en calificar como un “mal necesario”. Investigar el tema, sin embargo, ha significado siempre un tabú y un sacrilegio. Hasta hace pocos años, solo el historiador español Domènec Pastor Petit se había atrevido.

Así lo reconoce Eric Frattini, autor de La Santa Alianza. Cinco siglos de espionaje vaticano (2004), obra de la que este nuevo libro, Los espías del Papa, pretende ser una segunda parte o una revisión ampliada reseñando la vida de sus actores. La Santa Alianza, un servicio de espionaje “efectivo, implacable y de obediencia ciega”, fue creado en el siglo XVI por orden del Papa Pío V en el marco de la Contrarreforma. El nombre le fue dado por el propio pontífice, de larga experiencia como jefe del Santo Oficio, en honor a la alianza secreta entre el Vaticano y la reina católica de Escocia, María Estuardo. Fortalecer el reinado de esta como punta de lanza para recuperar la Inglaterra de Isabel I al redil de la Iglesia fue, pues, el primer objetivo. El libro de Frattini sigue puntualmente la trayectoria de veintiún agentes que cubren los últimos cinco siglos y cerca de cuarenta papados. En su mayoría se trata de cardenales que tenían a su cargo esta unidad eclesiástica y por lo tanto, se desempeñaban muy próximos al Papa de turno. No faltan, sin embargo, simples informantes, agentes dobles infiltrados en otros servicios y hasta verdugos con autorización para matar.

TIEMPOS Y ESCENARIOS

David Rizzio, un sacerdote turinés, es el primer espía consignado. Su fuerte influencia como secretario privado y amante de María Estuardo acabó en 1566 cuando Henry Darnley, el marido de la reina, y otros nobles protestantes se rebelaron dándole muerte. Lamberto Macchi, un aventurero al servicio de la Compañía de Jesús, recibió entonces el Informi Rosso, orden papal que le adjudicó vía libre para vengar a su antecesor y ejecutar uno a uno a los conspiradores con los más diversos procedimientos, lo que efectivamente cumplió. Con María Estuardo prisionera Nicholas Sanders, otro agente papal, operando desde Irlanda, logró involucrar a tropas de Felipe II de España en una fallida insurrección contra Isabel.

La ruptura de la unidad católica, que en el siglo XVII enfrentó la Francia de Richelieu y Mazarino a la España de los Habsburgo, convirtió a la primera en el segundo gran objetivo del Vaticano. A tales efectos, el cardenal Paluzzo Paluzzi recurrió a una organización compuesta por onces monjes, la “Orden Negra”, con la misión de conspirar contra el servicio diplomático francés y, posteriormente, incidir en los complejos episodios en torno a la Guerra de Sucesión de España.

La Revolución Francesa, en particular el período jacobino, fue otro de los centros de atención. A través de la red de informantes creada por el abate de Salamon La Santa Alianza habría participado en el fracasado intento de huida de la familia real en 1791 y en la legendaria “Operación Heredero” que intentó rescatar al pequeño hijo de Luis XVI y María Antonieta. En julio de 1809 Napoleón Bonaparte secuestra al Papa Pío VII junto al cardenal camarlengo Bartolomeo Pacca. Este último, jefe del espionaje papal durante treinta y cinco años, cumpliría un papel relevante en el Congreso de Viena, prestigio que luego usaría para combatir a la sociedad masónica de los carbonari.

LOS DESAFÍOS DEL SIGLO XX
La Santa Alianza pasó por períodos de reordenamiento de sus fuerzas: monseñor Francesco Capaccini inventó sistemas criptográficos para el correo del Vaticano, Antonio Saverio de Luca reorganizó las redes de espionaje en tiempos de Garibaldi y, tras la pérdida de los Estados Pontificios, Humberto Benigni creó la Solidatium Pianum (S.P.), organización de contraespionaje a través del cual sectores conservadores de la Iglesia controlaban y erosionaban las tendencias modernistas y cristiano – demócratas.

Solo el papa Juan XXIII obligó al servicio de espionaje a permanecer en la más absoluta inactividad. En los años más recientes la Santa Alianza se vinculó con el Mossad y la CIA e influyó decisivamente en el sindicato “Solidaridad”, de Lech Walesa, lo que a la postre derivó en la caída del “socialismo real” durante el papado de Juan Pablo II.

Fueron transformaciones que, andando los años, resultaron acordes a las exigencias de un siglo de conflictos bélicos de proporciones planetarias y gobiernos de la Iglesia cada vez más politizados. A los enemigos exteriores hubo que sumarle la lucha por el poder en el seno de la Iglesia y las rivalidades individuales por cargos jerárquicos. La S.P. adquiriría pronto un poder inusitado, enfrentando incluso a la Santa Alianza. Su búsqueda de información alcanzó incluso a Uruguay a causa de un nuevo presidente “que defendía la separación de Iglesia y Estado y la supresión de las fiestas religiosas” en clara alusión a Batlle y Ordóñez. Defenestrado por el papa Benedicto XV, monseñor Benigni acabó siendo reclutado por la OVRA, la policía secreta de Mussolini, y hasta pudo haber integrado la conspiración que dio lugar a la controvertida muerte del Papa Pío XI.

Mientras tanto, en 1926, se formó la Russicum, división rusa de la Santa Alianza, cuya finalidad era infiltrar sacerdotes en la Rusia revolucionaria. Fue solo una ilusión. Uno de sus principales miembros, el sacerdote Alexander Deubner, terminó convirtiéndose escandalosamente en agente de la OGPU soviética.

El más agitado caudal de operaciones se concretó, por supuesto, durante la Segunda Guerra Mundial. Ya en 1937, el nacionalsocialismo había sido condenado en la encíclica Mit brennender Sorge, de Pío XI. Tal decisión fue el resultado de los informes del padre Günther Hessner acerca del genocidio en diversas clínicas de deficientes mentales, enfermos incurables y ancianos extremos. En 1939, al borde de la guerra, el Papa preparó una nueva condena donde se ponía de manifiesto la incompatibilidad entre la ideología fascista y la doctrina de Jesucristo. Su repentina muerte, en febrero de ese año, sepultó el nuevo texto hasta veinte años después cuando Juan XXIII lo hizo público. La omisión del sucesor de Pïo XI, monseñor Eugenio Pacelli, luego designado Papa Pío XII, puede tener explicación en sus doce años de relacionamiento con el Reich como nuncio en Berlín. Su elección convirtió al Vaticano en el primer campo de batalla política de la crisis mundial que se avecinaba. Alemania e Italia por un lado y Francia, Inglaterra y Estados Unidos por otro, procuraron influir en ella. El Reich hasta intentó comprar el voto de varios cardenales ofreciéndoles tres millones de marcos en lingotes de oro. Según afirma Frattini, Pacelli era el candidato ideal de Adolf Hitler. Tal favoritismo pudo haber tenido sus frutos a la hora de la derrota cuando, a instancias del sacerdote croata Krunoslav Draganovic, se creó el llamado “Pasillo Vaticano”, que permitió la fuga de Europa de criminales de guerra como Adolf Eichmann, Herbert Cukurs y otros.

ALGUNAS PUNTUALIZACIONES
En los últimos ocho años Eric Frattini (Perú, 1963), ha investigado también a Osama Bin Laden, la mafia, la ONU, la CIA, la KGB, el Mossad y el M16. Para la construcción de este libro consultó 188 libros y folletos que incluyen, entre otros, documentos de la CIA y de la KGB. Por supuesto, en su bibliografía no se encuentran informes de los archivos del Vaticano.

Su obra se circunscribe a los hechos con un mínimo de interpretación, jugando con la curiosidad del lector ante un tema poco explorado. Si bien realiza aclaraciones cuando de los hechos referidos existen distintas versiones o cuando sólo son “leyendas”, algunas de sus afirmaciones carecen de una base plenamente comprobable. En muchos casos el autor, sin otra explicación, remite a su obra anterior, La Santa Alianza, cinco siglos de espionaje vaticano o alude a croquis y fotografías ausentes en esta edición. La veracidad de sus datos aumenta cuando se adentra en los siglos XIX y XX aunque en los últimos capítulos es evidente que la información podría ser más abundante. Nada se menciona, por ejemplo, sobre la discutida muerte de Juan Pablo I y las relaciones de la Iglesia con el Banco Ambrosiano. Con estas salvedades, el relato es apasionante.

LOS ESPÍAS DEL PAPA, de Eric Frattini. Espasa, Buenos Aires, 2008. Distribuye Gussi. 350 págs.

Alfredo Alzugarat
alvemasu@adinet.com.uy
Publicado, originalmente, en El País Cultural Nº 984, 19 setiembre de 2008
Autorizado por el autor
Fuente: armonicosdeconciencia.blogspot.com

Biografía

Eric Frattini fue corresponsal en Oriente Medio residiendo en Beirut (Líbano) y Jerusalén (Israel). 


Es autor de más de una veintena de ensayos entre los que se encuentran Osama bin Laden, la espada de Alá (2001); Mafia S.A. 100 Años de Cosa Nostra (2002); Secretos Vaticanos (2003); La Santa Alianza, cinco siglos de espionaje vaticano (2004); ONU, historia de la corrupción (2005); CIA, Joyas de Familia (2008); Mossad, La ira de Israel (2009), Los Papas y el Sexo (2010) o la tetralogía sobre la historia de los más famosos servicios de espionaje (CIA, KGB, Mossad y MI6). 


Su obra ha sido traducida a diferentes idiomas y editada en cuarenta y siete países. Frattini ha sido director y guionista de casi una veintena de documentales de investigación para las principales cadenas de televisiones españolas y colabora asiduamente en diferentes programas de radio y televisión. 


Ha dado diversos cursos y conferencias sobre seguridad y terrorismo islámico a diferentes fuerzas policiales, de seguridad e inteligencia de España, Gran Bretaña, Portugal, Rumania o Estados Unidos. Sus tres novelas 'El Quinto Mandamiento', 'El Laberinto de Agua' y 'El Oro de Mefisto' publicadas por Espasa Calpe, han sido traducidas en diversos países.

“Una cosa no es justa por el hecho de ser ley.
  Debe ser ley porque es justa”

Los milagros existen!!

Una familia encuentra a su perro desaparecido durante el huracán Sandy
Tras año y medio de búsqueda infructuosa de su perro desaparecido tras el huracán Sandy, una familia estadounidense lo encontró casualmente en un centro de acogida al que había ido para adoptar un nuevo animal.
Chuck y Elicia James, padres de una familia estadounidense del estado Nueva Jersey, estuvieron un año y medio buscando a Reckless, una mezcla de terrier con pit bull, que desapareció en octubre de 2012 asustado por el huracán Sandy.  

Desesperanzados, decidieron adoptar un nuevo perro y para ello se dirigieron a un centro local de acogida de animales, donde les esperaba una sorpresa increíble. El primer perro que les mostraron tenía una semejanza sorprendente con su mascota desaparecida.  

Al principio la pareja no podía creer que en realidad se tratase de su perro, ya que había pasado bastante tiempo, y ahora parecía un poco más grande. Pero una cicatriz en la cabeza permitió su identificación.  

El animal llevaba en el centro desde el pasado noviembre y este primero de mayo pudo por fin regresar a su casa. La noticia de su final feliz apareció en la página de Facebook de la perrera donde se encontraba.
Fuente: actualidad.rt.com

“Una cosa no es justa por el hecho de ser ley.
  Debe ser ley porque es justa”

“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla"

“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla"
(tomada de Cicerón). Nicolás Avellaneda
¿Y porqué no puede existir un mundo en PAZ?

Subir imagenes

Nos falta tener más unión, más amor,
recuperar esa humanidad que hemos perdido,
y sobre todo mucha más humildad!!
Subir imagenes
Subir imagenes









El mundo no cambia porque haya llegado la primavera...

El mundo no cambia porque haya llegado la primavera...
...pero quizás el buen tiempo nos de más fuerza para luchar por ello. Por eso la primavera aparece siempre como un sinónimo de vida y del renacer.

Libres!!

Libres!!