Gracias a muchas de estas actuaciones el hombre ha ido
evolucionando, no por ello sin haber cometido errores, errores que casi siempre
han sido recuperables.
Pero hemos llegado al punto en que realmente la especie
humana se ha creído ser la dueña y señora de ese “Todo” con el que convive,
arrasando, destruyendo, manipulando todo lo que tiene a su alcance, sin mirar
las posibles repercusiones en otras especies, en la propia naturaleza, es
decir: “Todo por y para el Hombre”, sin darse cuenta de que sin ese “Todo”, el
hombre no existiría.