Que se sepa, porque
estos son los casos en que los forenses tienen elementos de juicio para
declarar que se trata, efectivamente, de suicidios. Pero queda un gran
número de personas que mueren por causas no naturales, en sucesos que
pueden ser accidentales, pero que no es posible saber si tales
infortunios han sido también voluntarios. Y no habrá nadie que dude que
estas muertes se deben, en su inmensa mayoría, a las dificultades
económicas ocasionadas por esta execrqable depresión inducida por los
ricos, que la llaman crisis.
Pero, sobre todo, a esta cifra del
canario o de la canaria que se mata todos los días, probablemente por
culpa de la crisis, hay que añadir la imposible de cuantificar la sin
duda enorme cifra de muertes por hambre, por enfermedad, por desamparo,
por tristeza causadas por estas mismas medidas que la horda ultraliberal
sigue intentando presentar como las soluciones a unasa dificultades que
ella misma ha provocado.
No sabemos cuántas son. pero son muchas
más que una al día. En Canarias asistimos a un auténtico asesinato en
serie. Un asesinato en serie que tiene unos responsables colectivos
claramente identificables. Quienes han introducido un concepto de
austeridad que ha cortado abruptamente el ingreso económico y el acceso a
los servicios sociales de grandes cantidades de gente. Y quienes con su
incapacidad absoluta no consiguen que Canarias aproveche las
excepcionales condiciones de que la naturaleza y las circunstancias
históricas le conceden para salir adelante, superando esta depresión.
No hay justificación posible para tanta maldad y para tanta incompetencia criminales.
Pero los y las demás, no nos
escaqueemos. En este crimen colectivo, tambien nos cabe mucha culpa a
quienes, cojn nuestra pasividad, lo toleramos.
* Palabras al Aire