Esta es una de tantas otras historias que se
pueden encontrar en cualquier parte del mundo, pero esta historia forma también
parte de mi vida.
Se encontraron, 8 cachorritos, que no
llegaban al mes de vida, en una caja de cartón abandonados cerca de un camino
en el municipio de Breña Alta.
Tuvieron la suerte de que pasaron paseando
por allí dos personas, y oyeron sus llantos.
Otros animales no tienen no tiene tanta
suerte.
Fue un 17 de junio del año 2010 cuando
llegaron a casa, los encontraron un par de días antes, lo sé porque sus
primeras fotos, fueron hechas al llegar a casa.
Ese día fue un día de tristeza al ver de lo que es capaz la gente, al ver que a cada momento cachorritos, perros adultos, o gatos, son abandonados sin escrúpulos de ninguna clase en cualquier lado, sin importarles absolutamente nada los que les pueda ocurrir.
Me pregunto a menudo que clase de persona
puede hace eso y si serían capaz de hacerlo también a un ser humano.
Me pregunto si tienen conciencia y si en
algún momento se han arrepentido de esta acción o simplemente han pasado un
velo oscuro y lo han olvidado.
¿Se puede olvidar algo así? No lo sé, yo no
podría, bueno, de hecho no podría ni cometer esta acción.
Estos cachorros habían pasado mucho frío, no
se sabe los días que podían haber pasado allí, pero gracias a la señora que los
encontró, que los abrigó, los calentó, los cuidó y dio de comer hasta que pudo
contactar con alguien que le ayudara.
Contacté con las chicas de BIANPA-ANDA, y nos
dispusimos a repartirnos a los recién llegados. Hay que tener en cuenta de que
estos cachorritos han de ser alimentados con biberón, procurar siempre que
estén calentitos y limpios, bueno como un bebé humano, pero 8 de golpe.
Unos fueron a una casa de acogida, otros a
otra, y yo me quede con dos, a los que llamé, Alan y Edu.
Alan es el más canelo y Edu el más blanco.
Pues ya estaba hecho, ahora había que sacar a los pequeños adelante, y siempre bajo el temor de que enfermaran, de que no pudieran superar la separación de su madre, sus cuidados, alimentación calor y cariño que sólo una madre sabe dar también en el mundo animal, aunque existen casos excepcionales de que es el padre el encargado de eso.
Poco a poco, con ayuda en casa, con cuidados,
con paciencia y con mucho cariño, Alan y Edu fueron creciendo y hoy están
felizmente adoptados.
Recuerdo lo que costó al principio que
cogieran el biberón, claro, no era a lo que estaban acostumbrados.
Los primeros días que se sacaron fuera de
casa, a la terraza, al sol, para que comenzaran a caminar, aunque mas que
caminar casi se arrastraban, un bebé humano gatea, ellos hacen algo parecido.
El sol les venía muy bien, porque los calentaba más, y necesitaban estirar las
patitas y comenzar a descubrir otras cosas.
Con esta pequeña historia, en donde son las fotografías las que mejor pueden contarla, quiero expresar lo que se siente acogiendo un animal, un cachorro, un perrito, un gatito, etc. Lo que puede significar ver como gracias a tu pequeña ayuda han podido salir adelante y tener una oportunidad, estos su primera oportunidad y los que son abandonados, una segunda oportunidad de encontrar quién verdaderamente pueda quererlos y cuidarlos.
Todo lo que ellos te dan, todos los momentos
que se te quedarán para siempre en tu alma, como un recuerdo inquebrantable,
eso, eso no lo puedo explicar con palabras, y creo que nadie pueda, eso hay que
vivirlo, hay que sentirlo, hay que descubrirlo.
Por eso pido esos pequeños y tan necesarios
hogares, un pequeño espacio en esos hogares, en donde algunos de estos animales
que cada día necesitan más del ser humano, y que sin embargo, es el ser humano
el que les da la espalda cada vez más a menudo, ese rincón en tu casa, en tu
patio, jardín, terraza… un rincón de esperanza, en donde también tú descubrirás
lo que ellos pueden hacer por ti, y ellos, primero descubrirán un nuevo cariño
y segundo le das la oportunidad de poder
encontrar un verdadero adoptante que lo acoja y que sepa lo que significa
tenerlo como acompañante en ese camino que a todos, tarde o temprano, nos une.
Ellos te necesitan, ellos no tienen la culpa
de que exista gente irresponsable y cruel en el mundo. Ayúdales a descubrir que
también hay personas que los pueden ayudar y que los pueden llegar a querer y a
proteger.
Enséñale que todos los seres humanos no somos
iguales y que algunos valoramos su vida como se merecen.
Contacta por favor, infórmate, nadie te
obliga a nada, sólo se te pide que tengas corazón, y que colabores según tú
puedas. Tú decides como, cuando, etc.
No pierdes nada por informarte.
Se te necesita, ellos te necesitan y nosotros
también.
Correo electrónico: anda_lapalma@hotmail.com
* Palabras al Aire
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