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sábado, 23 de agosto de 2014

La mayoría de ejemplares de especies invasoras están sin registrar en la Isla

Los propietarios han tenido un año para legalizar la situación de los animales


"Muy pocas personas han registrado a sus animales en Tenerife, aún cuando las multas pueden ir desde los 500 hasta los 5.000 euros", explica Javier de Urioste, presidente de la Fundación Neotrópico en relación al Real Decreto 630/2013 por el que se regula el catálogo español de especies exóticas invasoras. El 3 de agosto de 2013 se publicó este documento que prohíbe la venta y tenencia de una extensa lista de animales en todo el país.



El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente otorgó a los propietarios de estas especies el periodo de un año –que finalizó hace escasas dos semanas– para que los animales fueran regularizados mediante la redacción de una declaración responsable y certificaran la tenencia de los animales antes de la fecha en la que se publicó el Real Decreto. "No ha habido mucha publicidad y la gente no se ha enterado aunque se trate de animales que mucha gente tiene en sus casas desde hace más de diez años", agrega De Urioste.

El Real Decreto prohíbe la tenencia, comercialización, transporte y reproducción de todo un catálogo de flora y fauna porque lo que pretende es que "cuando se vayan muriendo todos estos animales, sus propietarios no los sustituyan por otros ilegales", declara el presidente de la fundación.

Este decreto abarca un amplio sector de especies entre las que están las tortugas de oreja roja y de oreja amarilla o las cotorras de pecho gris. La cotorra de Kramer también se ve afectada por este documento, así como todas las serpientes, excepto las boas y pitones. Además, también aparecen las ardillas, lo que incluye las marmotas y los perritos de las praderas que, como asegura Javier de Urioste, "ahora se están poniendo de moda y se ven en algunas tiendas aunque están totalmente prohibidos".

Javier de Urioste es firme y asegura que, "en Tenerife, hay bastante venta ilegal". Se trata de un hecho que va asociado al tamaño de los núcleos poblacionales, que es donde más delitos se comete y donde hay más comercio de especies exóticas. Además, ahora, fundaciones como Neotrópico tienen que enfrentarse a la venta ilegal a través de internet. "Pero afortunadamente la Policía y la Guardia Civil están haciendo una gran labor", comenta también.

Lo más frecuente en la venta ilegal son las serpientes del tipo de las culebras, algunas venenosas; también hay muchas tarántulas y los escorpiones. En los últimos años , además, se ha notado un aumento de los invertebrados –cucarachas, tarántulas, milpies, insectos hoja– y de muchas especies venenosas. "La gente compra estos animales mostrando un alto grado de inconsciencia", dice De Urioste, que aún hoy continúa asombrándose por la actitud de muchas personas. Javier de Urioste también resalta que los mapaches y los coatíes fueron dos especies que se vendieron mucho durante años "y están totalmente prohibidos".

Durante muchos años Correos se convirtió en una forma de introducir animales en la Isla. En esa práctica concurren hasta tres delitos porque "se está transportando a un animal de forma inapropiada, se están falseando documentos públicos y no se están respetando las especies protegidas o peligrosas", enumera De Urioste. "Pero ahora afortunadamente los paquetes ya tienen que pasar por el escáner de Rayos X".

Las épocas de vacaciones como el verano son los momentos del año en que más abandono de animales se produce. Y en Tenerife también se cumple esa regla. Continúan apareciendo muchos animales de especies que van cambiando con el paso de los años, "y se siguen abandonando", reconoce Javier de Urioste, si bien destaca que "se nota que la gente tiene un poco más de conciencia".

Las serpientes, las iguanas y las tortugas de agua son los animales que más se están viendo este verano en las calles de la Isla. En el caso de las iguanas, De Urioste explica que se debe a que las tiendas no informan de que esos animales pueden llegar a medir, a los seis años, más de dos metros de largo y "son bichos que cuando crecen reclaman una zona de la casa como suya, dan coletazos, muerden, arañan y acaban siendo un problema", enumera. En el caso de las tortugas explica que siempre se compran pensando que se pueden tener en un recipiente pequeño, con un isla y una palmera en medio "pero eso es una barbaridad porque solo sirve para los primeros días, luego necesitan muchos litros de agua y una zona exterior seca donde salir a tomar el sol", relata De Urioste. "Además, cuando la gente se da cuenta de que tienen que cambiar el agua cada dos días, se aburre y la consecuencia final suele ser abandonarla en estanques, en presas, en jardines o parques", continúa.

Así, el presidente de la Fundación Neotrópico reclama que "las tiendas deberían informar de todos los aspectos que rodean a un animal, pero muchas veces lo que prima es el factor comercial". Reconoce que hay muchas tiendas responsables "y luego hay verdaderos piratas que lo que quieren es colocar el animal a toda costa".

Si hubiera que mencionar un lugar en el que la gente suele abandonar sus mascotas sería en los parques y jardines porque se tiene la errónea idea de que van a estar mejor sueltos en un parque. "Allí hay vegetación y buen tamaño pero no tiene que tener los requisitos de nutrición, por ejemplo, que se necesitan para cada especie", razona el presidente de la Fundación Neotrópico.

Apunta que a Tenerife llegan animales de todo el mundo "pero afortunadamente cada vez se realizan mejores controles aduaneros". Y es que todo el mundo recuerda los mercados de Santa Cruz o La Laguna lleno de animales y muchos de ellos llegaban de manera ilegal.

Javier de Urioste tiene mil historias que contar sobre los animales que ha ido encontrando a lo largo de los años desde que la Fundación Neotrópico está en marcha. "Hace muy poco se confiscó en el Puerto de Santa Cruz una ardilla de Fuerteventura que venía para ser vendida como mascota", comenta. "Alguien la capturó, las está criando en Gran Canaria y se está dedicando a venderlas", resume el coordinador que señala que se trata de una infracción grave y supone un gran problema porque no se trata solo del daño ambiental que pueden producir en la vegetación estos animales, sino que también se comen invertebrados que son endémicos del Archipiélago. "También hay que considerarlo a nivel sanitario porque son transmisores de enfermedades peligrosas para los seres humanos", destaca.

En otra ocasión, un puma entró a la Isla con la documentación de un gato cuando aún era un cachorrito. "El propietario le arrancó las uñas porque lo utilizaba para sacarle fotografías en las discotecas y venderlas a los turistas", recuerda De Urioste, que explica que, cuando se confiscó, no se envió de vuelta a su país de origen sino que viajó a Vizcaya, a un recinto de 500 metros cuadrados solo para él. El caso del hallazgo de un mapache ha sido, también, uno de los más memorables para De Urioste. "Nos llamaron porque había un animal raro en un hotel del Sur y cuando llegamos nos dimos cuenta de que era un mapache", rememora.

Todos estos hallazgos se deben a que durante muchos años en Canarias, a través de los muelles, "entraba de todo". De hecho, en una ocasión, los miembros de la Fundación Neotrópico estuvieron persiguiendo, entre los municipios de La Matanza y La Victoria, a un mono que seguramente provenía de Brasil. Finalmente, lo capturaron.

El año pasado, en un área recreativa de Los Silos, los miembros de Neotrópico encontraron a una chica con un coche donde estaba vendiendo tarántulas, serpientes, lagartos y cucarachas, "como si fuera artesanía o fruta", cuenta De Urioste. Y hace unos meses confiscaron en una tienda de Taco unas pequeñas serpientes, que figuran en el catálogo de especies exóticas invasoras "y son venenosas".

Los escorpiones son una de la especies que más llamadas ha provocado al servicio de recogida de la Fundación Neotrópico. Pero lo cierto es que, en Tenerife, desde el siglo XIX, son comunes. "Esta especie, en su zona de origen, es muy peligrosa" porque cuenta con un veneno que combina toxinas que producen ellos mismos y otras que proceden de las presas que cazan. "Como en la Isla no consiguen esas presas, su veneno es mucho más leve", explica De Urioste.

"No estamos en contra de que la gente tenga animales exóticos. Estamos en contra de que los tengan de forma irresponsable", concluye el presidente de la Fundación Neotrópico.
Fuente: laopinion.es

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