Abandonados, golpeados,
tiroteados e incluso ahorcados. En España son miles los perros que cada
año sufren malos tratos, tal y como revelan datos del Seprona a los que
ha tenido acceso la agencia Sinc.
Las organizaciones animalistas denuncian que las cifras son mucho más
elevadas y que son los perros de caza los que sufren en gran medida esta
violencia, algo que, para los cazadores, es una excepción. Aunque los
procedimientos judiciales para sentar en el banquillo a los culpables
han aumentado, siguen existiendo agujeros legales que dificultan la
aplicación de las sanciones.
Lagun tiene cuatro años. Es un setter
inglés macho al que le encanta salir a correr por las montañas noruegas
donde vive y que se acurruca en su cama cuando el frío fuera corta la
respiración. Todo marcha bien hasta que se encuentra con alguien que
lleva un palo o un bastón. “Más que miedo siente terror”, comenta a Sinc
Itziar, la persona que lo adoptó hace un año del centro de acogida
Terracan, en Ferrol (A Coruña).
Casos como el de Lagun –que significa ‘amigo’ en euskera– no son una excepción en España. Según datos facilitados por el Seprona (el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil), en 2013 recibieron 13.809 denuncias de perros maltratados, lo que supone un 88% más que en 2008, año en que empezaron a digitalizarse los casos.En 2010 hubo 120.000 perros abandonados según Ecologistas en Acción y la Fundación Affinity, pero solo 320 fueron denunciados al Seprona.
Los malos tratos incluyen un amplio
abanico de categorías, que van desde las más graves, como ahorcamientos,
muertes o heridas por tiroteo y paliza, hasta abandonos, robos,
desnutrición, transporte inadecuado, higiene deficiente, envenenamiento o
falta de chip.
Las cifras del Seprona solo se refieren a
casos que hayan sido comunicados a la Guardia Civil, por lo que quedan
excluidas las notificaciones a Policía Local, ayuntamientos, juzgados o
centros de acogida. “Nuestros datos recogen las actuaciones propias de
la Guardia Civil, de oficio, además de las denuncias y cualquier
comunicación que tengamos por parte de los ciudadanos”, explica la
teniente Elisabel Sinde desde su despacho en la sede central del (.
Por eso las cifras son muy diferentes a
las que presentan organizaciones como Ecologistas en Acción que, junto
con la Fundación Affinity, aglutina los casos notificados en
ayuntamientos y centros de acogida. En 2010 calcularon que hubo 120.000
perros abandonados, el 40% de ellos de caza. La cifra del Seprona de ese
año los situó en 320; de ellos, 95 fueron empleados en actividades
cinegéticas.
Mapa del maltrato a perros en España según los datos del Seprona. Infografía: José Antonio Peñas / Sinc
“Los datos de la Guardia Civil deben
verse como complementarios a los nuestros”, afirma Chesús Ferrer, del
área de conservación de la naturaleza de Ecologistas en Acción. “Con
ellos se demuestra, con datos oficiales, que las prácticas de maltrato,
muerte y abandono de perros de caza en España que venimos denunciando
son reales”, añade.
Cazadores expulsados
Pero las cifras del Seprona son las
únicas que reconocen los cazadores. “Un cazador jamás abandona o
sacrifica a su perro, sin embargo, igual que existen asesinos que matan a
sus mujeres o hijos, hay algún individuo, al que nunca se le podrá
llamar cazador, que atenta contra su perro”, subraya Ángel López,
responsable de comunicación de la Real Federación Española de Caza
(RFEC).
Las cifras de la Guardia Civil revelan que en 2013 hubo 6.184 perros de caza maltratados, que incluyen a razas como galgos, podencos, setters, bracos o sabuesos. De los 6 perros ahorcados que contabilizaron el año pasado, 4 eran de caza, mientras que de los 20 canes muertos por tiroteo, 11 se dedicaban a la actividad cinegética.
Además, las estadísticas de la
Benemérita muestran cómo los malos tratos en perros de caza siguen la
misma tendencia que los del conjunto de perros, dibujando prácticamente
las mismas líneas en las gráficas con independencia del tipo de
maltrato.
Según el Estudio sobre el abandono de
animales de compañía en 2010, editado por la Fundación Affinity, el fin
de la temporada de caza es el responsable del 10% de los abandonos, un
porcentaje que aumenta en Extremadura y Castilla La Mancha, comunidades
donde esta práctica tiene un fuerte arraigo.
Por su parte, los datos del Seprona sitúan a Andalucía a la cabeza del ranking, con 13.092 animales agredidos desde 2008, seguida por Castilla y León, con 11.546, y Castilla La Mancha, con 8.383. Las tres comunidades encabezan también la lista en cuanto a perros de caza maltratados. Les siguen Aragón, Extremadura y Cataluña.
El fin de la temporada de caza es el responsable del 10% de los abandonos, un porcentaje que aumenta en Extremadura y Castilla La Mancha
Desde la RFEC aseguran que los cazadores
que hayan abandonado o matado a sus perros son expulsados de la
federación, pero siempre que exista una sentencia firme condenatoria. Y
eso es algo que ocurre en raras ocasiones.
Archivados por falta de pruebas
De los 504 procedimientos judiciales por
malos tratos a animales domésticos que hubo en 2012, solo 32 tuvieron
sentencias condenatorias, tal y como revelan las Memorias de la Fiscalía
General del Estado. Aunque cada año son más los procedimientos
abiertos, la cifra de sentencias apenas aumenta, y es similar a la de
hace seis años.
La gran mayoría de los casos fueron
archivados y los expertos apuntan a dos motivos. “En primer lugar,
porque puede haber denuncias en las que no se imputa el presunto delito a
nadie, porque se desconoce, y se sobreseen y archivan”, indica
Francisco Fernández, abogado penalista experto en maltrato animal. Y en
segundo lugar, “porque imputando presuntamente el delito a alguien, si
este niega los hechos y no hay ningún tipo de pruebas, la causa también
se sobresee y archiva”, añade.
Esta infografía presenta cada una de las vías legales que protegen a los animales, las penas que se contemplan y los pasos que el ciudadano debe seguir si se encuentra un animal maltratado. Infografía: José Antonio Peñas / Sinc
Por eso, el letrado recomienda denunciar
los hechos y recabar todas las pruebas posibles, aunque sin estas
también se puede presentar una denuncia, como reitera la teniente Sinde.
“Cualquier persona puede poner una denuncia aunque no sepa quién es el
autor de los hechos, porque nuestra obligación es investigarlo”.
Pero lo cierto es que la dificultad para
conseguir pruebas inculpatorias y el posterior archivo de los casos en
los juzgados desalientan a los colectivos que defienden los derechos de
los animales a la hora de presentar denuncias. Es el caso de Nacho
Paunero, presidente de la protectora El Refugio. “Procedemos a poner una
denuncia ante el Seprona en los casos en los que contamos con pruebas
contra el maltratador, cosa que no suele ser nada fácil de obtener”.
Los agujeros legales
No todas las denuncias presentadas
terminan en los juzgados. En función de la ley que vulnere el maltrato, o
bien seguirá una vía administrativa –si incumple la legislación
nacional, autonómica, municipal, local o comunitaria– o bien una vía
penal –si se salta el Código Penal–.
Cualquier persona puede poner una denuncia aunque no sepa quién es el autor de los hechos
En el caso del camino administrativo,
son las autoridades autonómicas las encargadas de abrir los expedientes
correspondientes, que pueden derivar en multas. Cuando se vulnera el
Código Penal, podemos estar ante un delito o una falta, y en ese caso sí
es el juzgado quien llevará el caso, que puede acarrear multas,
inhabilitación e incluso penas de prisión, si se consigue demostrar la
culpabilidad del maltratador.
“Hay cerca de 8.000 normas que tienen
que ver con el medio ambiente y nosotros valoramos si la infracción está
dentro de la esfera administrativa o penal”, detalla la teniente Sinde.
“Nuestro trabajo diario es que la legislación se cumpla: conocemos
todas las leyes que hay y e intentamos que todo se cumpla”, reitera.
Este enjambre legislativo, en opinión de
los juristas, sirve de poca ayuda. “Lo fundamental no es que exista una
o varias leyes sino que haya concienciación y que sean efectivas. Las
leyes actuales resultan insuficientes”, asegura a Sinc Daniel Dorado,
abogado especializado en derecho animal.
En el caso del Código Penal, los artículos 337 y 632.2 –que son los que sancionan este tipo de prácticas– tienen agujeros por los que se cuelan numerosas agresiones. “El maltrato de animales justificado, el que no menoscabe gravemente la salud de los animales y el maltrato en espectáculos autorizados quedan impunes”, denuncia Fernández.
En el caso del Código Penal, los artículos 337 y 632.2 –que son los que sancionan este tipo de prácticas– tienen agujeros por los que se cuelan numerosas agresiones. “El maltrato de animales justificado, el que no menoscabe gravemente la salud de los animales y el maltrato en espectáculos autorizados quedan impunes”, denuncia Fernández.
En cuanto a las penas de cárcel, que van
de tres meses a un año si se vulnera el artículo 337, en la práctica no
se suelen cumplir puesto que, en el caso de que sea el primer delito
del maltratador, al no tener antecedentes penales y ser la pena inferior
a dos años, esta queda suspendida. “Ningún maltratador de animales ha
entrado en prisión por este delito en España”, asevera Silvia Barquero,
presidenta del Partido Animalista PACMA.
Hacia un endurecimiento penal
A pesar de tantas dificultades
legislativas, lo cierto es que las notificaciones de malos tratos
caninos han aumentado, algo que los expertos atribuyen a una mayor
sensibilización social. Tanto Guardia Civil como asociaciones
animalistas coinciden en que este incremento de denuncias no significa
necesariamente que haya más agresiones, sino que se denuncian más.
“No es que haya más o menos delitos de
malos tratos, es que depende de las denuncias que se presenten. Si hay
un mayor número de personas que denuncian, las estadísticas se elevan,
pero si un año no se denuncian los hechos, aunque el número de casos sea
el mismo, no se contabilizan”, mantiene Barquero.
“Habría que suprimir en el tipo penal la palabra ‘injustificado’ para tipificar el maltrato como delito”, propone el abogado Fernández
Sí se contabilizaron en el Seprona, en
2011, numerosos casos de ahorcamiento, hecho que coincide en el tiempo
con una modificación del Código Penal, a finales del año anterior. Los
juristas suprimieron la palabra ‘ensañamiento’ del artículo 337, lo que
aumentaba el abanico de malos tratos recogidos, como ahorcamientos o
muertes por tiroteo, que hasta entonces podía argumentarse que eran sin
saña.
Pero para los defensores de los animales
estos cambios no son suficientes porque, mientras las agresiones
continúan, los maltratadores raras veces son sancionados. Actualmente se
está tramitando en el Congreso una reforma del Código Penal y los
juristas y las asociaciones esperan que se endurezcan las penas de
prisión que contempla el artículo 337 y que aumenten las multas por vía
administrativa.
“Habría que suprimir en el tipo penal la
palabra ‘injustificado’ y tipificar como delito tanto el maltrato que
menoscaba gravemente la salud del animal como el que no la menoscaba
gravemente”, propone el abogado Fernández. Desde Ecologistas en Acción,
Chesús Ferrer pide una ley estatal de protección animal y que se
supriman algunas modalidades de caza con perro, sin olvidar que el papel
de concienciación de la ciudadanía “es crucial”.
Mientras llegan estos cambios
normativos, Lagun, el setter inglés adoptado por Itziar y Jørgen, va
superando poco a poco su terror hacia los palos gracias a un anciano del
barrio, que camina con la ayuda de un bastón. “Se ha convertido en su
mayor fan”, relata su dueña desde Noruega.
Datos de maltrato a perros por Comunidades Autónomas de 2008 a 2013. Fuente: Seprona
Datos de perros maltratados según el tipo e maltrato de 2008 a 2013. Fuente: Seprona
Datos de maltrato a animales domésticos de 2008 a 2012. Fuente: Fiscalía General del Estado
Por Laura Chaparro
Fuente: entretantomagazine.com
“Una cosa no es justa por el hecho de ser ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras siempre serán bienvenidas.
Gracias.