Puede ser mi voz que
clama al viento,
mis ansias de llegar a
donde yo quiero.
El aullido desgarrador de
quién se siente perdido,
confuso, vulnerable, desamparado,
agotado,
de quién no logra
encausar sus pasos.
Una palabra puede ser un grito desesperado.
Puede ser el aliento de
un sueño,
la esperanza de quien desespera.
Una palabra es un
derecho a alzar la voz.
Puede exigir justicia,
libertad, paz, prudencia.
responsabilidad para recuperar
la honestidad,
la solidaridad, la fraternidad perdida.
Y una palabra puede provocar
también,
la lucha, las diferencias,
el egoísmo, la crueldad.
Pueden haber palabras
llenas de amor o
palabras llenas de odio.
Nosotros y sólo nosotros
somos los dueños de
nuestras palabras.
tenemos libre albedrio
para hacerlo
La libertad de utilizarla
para crear o para
destruir.
Nuestra decisión
obtendrá unos resultados
y el desenlace será el fruto
amargo o dulce.
Llevará nuestra firma,
seremos los autores de ese final.
Nosotros y solo nosotros
decidimos
que conclusión deseamos.
Que fruto aspiramos
conseguir.
* Palabras al Aire
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