La costa se inunda de aves y mamíferos muertos

El motivo de esta elevada mortandad hay que buscarlo en la falta de alimentación

Después de casi dos meses de ciclogénesis explosivas y temporales, la climatología ha dado un leve respiro a la Costa da Morte. Sin embargo, continúa el goteo de animales muertos y varados en la comarca. Si hace unos días eran los delfines, arroaces y focas las que llegaban al litoral muertos o con graves secuelas físicas ahora son los frailecillos, los que sucumben a la falta de alimento.

Restos de un frailecillo en la playa ceense de A Concha. m. rodríguez

Los técnicos de Medio Ambiente han localizado en los últimos días numerosos ejemplares en la zona. Razo, Baldaio, Traba, A Concha, Mar de Fóra... Son algunos arenales en los que se han localizado frailecillos muertos. Según apuntaron fuentes de Medio Ambiente, «no es normal que en la Costa da Morte ocurra esto». El motivo de esta elevada mortandad hay que buscarla en la falta de alimentación. «Los temporales y las ciclogénesis han impedido a las aves comer correctamente. 

Algunos de los ejemplares encontrados llevaban días sin probar bocado. Salvo los frailecillos que murieron petroleados por sentinazos, que no es el caso de la Costa da Morte, los demás murieron por inanición», dijeron desde Medio Ambiente. Los técnicos se han encontrado algunos alcatraces en muy mal estado, que tuvieron que se trasladados de urgencia a las instalaciones de la Coordinadora de Estudos de Mamíferos Mariños de Nigrán y Ferrol.

El ejemplar de tortuga boba encontrada en Balarés murió ayer.

La mayor parte de animales que varan en el litoral o están en muy mal estado o están muertos. Así, el ejemplar de tortuga boba encontrada en Balarés el pasado viernes falleció en la mañana de ayer debido a una infección generalizada. Según apuntó el coordinador de la zona norte de la Cemma, Juan Ignacio Díaz, el reptil, una hembra de seis kilos de entre 7 y 9 años de edad, estaba muy delicada de salud. Tenía las aletas delanteras destrozadas por las redes en las que quedó enganchada. La posterior derecha estaba ya necrosada cuando los técnicos de la Cemma la recogieron.

El que sí parece salir adelante es Raciño, la foca gris que apareció en el arenal de Razo hace ahora más de un mes. El animal entró esta semana en la última fase de recuperación tras permanecer varias semanas en observación. El mamífero fue trasladado a una piscina grande para que recupere la tonificación muscular y se habitúe de nuevo al hábitat marino antes de que los técnicos acuerden devolverlo al mar.

Fuente: La voz de Galicia 

“Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. 

  Debe ser ley porque es justa”

* Palabras al Aire