A menudo nos resulta difícil darnos cuenta de nuestra realidad que no queremos ver, por miedo, por ese miedo a equivocarnos, a que las cosas no nos salgan como deseamos, pero mientras, nos estamos quietos para evitar equivocarnos.
Me gustaría hacer todo a la perfección, y a veces me olvido de lo que es realmente importante.
Pero soy humana y todos en algún momento erramos y nos equivocamos, de eso se trata la vida, de equivocarse y aprender de ello, tratar de levantarnos como podamos, porque si se cierra una puerta, otra se abre por otro lado.
Nadie es perfecto ni debe tratar de serlo, solo tratar de mejorar. El día que seamos perfectos ya no estaremos aquí.
Nací y crecí de acuerdo al plan de alguien. A veces pienso que estoy perdiendo el tiempo, que no hago las cosas bien, como me gustaría. Y cuando parece que voy a lograrlo, no acierto a realizarlo como debería de ser. Me parece que nunca voy a ser lo suficientemente buena.
Solo quiero sentir que puedo hacerlo bien, que puedo hacer que los que me rodean y me quieren estén bien conmigo, que yo le aporto algo importante, pero a menudo siento que los decepciono, que mi forma de ser los confunde, y que no soy capaz de ser quienes los demás quieren que sea.
No puedo fingir que estoy bien. Y no puede cambiarme.
Lo siento pero no puedo ser perfecta.
Todos estamos influenciados por unas expectativas que nos imponen desde pequeños. Nuestros padres quieren que seamos los más guapos, los más listos, que estudiemos mucho, que seamos alguien en la vida. Nos fijan unas metas aun sin saber si realmente es lo que queremos o lo que podemos conseguir. Todo debe ser perfecto.
El problema viene cuando no cumples esas expectativas. Cuando por más que luchas no consigues los objetivos, aunque luches como si te fuera la vida en ello. Decepción es lo que sienten ellos y decepción es lo que sentimos nosotros.
No entendemos que no somos perfectos y que hay cosas que no podemos conseguir por mucho que lo intentemos.
Tenemos que llegar a comprender que somos humanos y que cometemos fallos y que lo importante no es el final, sino el camino que hemos conseguido, porque es en el camino donde verdaderamente aprendemos, y es en ese camino donde de verdad se ve el esfuerzo, y donde de verdad se ve como somos o quienes somos.
No puedo ser perfecta por mucho que lo he intentado, aun así acepto y adoro cada uno de mis defectos porque ellos me hacen ser como soy y me ayudan a mejorar.
"Obsesionarse con la perfección, es como querer correr en el mar o nadar en el desierto"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras siempre serán bienvenidas.
Gracias.