Siete eran en ese momento las crías de gatos
de apenas mes y medio que recogimos de las calles de Santa Cruz de La Palma. No
son solamente un número, de los que en nuestro poco tiempo de trabajo hemos
estado socorriendo. Tanto en gatos como en perros, nos hemos dado cuenta de que
nuestras sospechas no eran fundadas, y que estaban siendo superadas día a día.
Las llamadas de gente solidarizándose con
nosotros y las llamadas de personas que pedían información o ayuda, o a su vez
nos informaban de casos de abandono, nos estaban y están desbordando en ambos
sentidos. Sabíamos que los animales en la isla bonita de La Palma estaban
clamando ayuda, pero no sospechábamos que fuera tanto y tan fuerte el clamor,
porque sólo cuando comienzas te das cuenta de ello. Logramos encontrarles un
hogar en la isla a cinco, pero nos quedaban dos, y no localizamos a nadie que
pudiera acogerlos por un tiempo, pues los voluntarios que ya tenemos y que los
cuidan en su propio domicilio están ya algo saturados, y el problema es que
seguimos sin tener un pequeño albergue para estos casos más urgentes. No
disponemos de sitio amplio, solamente de los hogares de personas voluntarias.
La solidaridad isleña
Pero, ¡cual sería nuestra sorpresa! Cuando
comenzamos a recibir llamadas desde la isla de Gran Canaria y de Santa Cruz de
Tenerife, apoyándonos y prestándose a ayudarnos en acogidas. Los dos gatitos se
fueron a la isla de Tenerife, el viernes 3 de abril, con dos chicas voluntarias
que los recogieron en el aeropuerto de Los Rodeos. Gracias a Elena, de La
Esperanza y Palmira de Santa Cruz, que nos han demostrado que podemos, aunque
vivamos lejos, ayudarnos y estar unidos, por un mismo sentimiento, y con unos
mismos valores. No ha importado que los animales vinieran desde otra isla para
acogerlos, y eso que en Tenerife aún queda mucho que hacer al respecto, y no
digamos en Gran Canaria; aun así nos han ayudado, y desde aquí les damos las
gracias sinceramente. Y quizá algún día seamos nosotros los que les ayudemos a
ellos.
En mi visita a Tenerife, estuve en alguna
protectora, no en todas las que quería, pero pronto volveré. Quería ver por mí
misma la situación, y aprender de los que nos llevan años de ventaja en esta
lucha. Visité también, casi por casualidad el Parque García Sanabria, y me
sorprendí y me alegré al mismo tiempo de lo que descubrí. Existía un lugar
vallado destinado solamente a los animales para que ellos retozaran y jugaran o
corrieran con sus dueños. Fue maravilloso descubrir ese rincón. También vi,
cómo algunos ayuntamientos y hasta el mismo Cabildo de Tenerife, aunque poco, colaboran
de alguna forma, mediante convenios con los albergues, una cosa que tristemente
aquí no está sucediendo y nos está costando conseguir ese apoyo, pero seguimos
con la esperanza de lograrlo. Sé que cuando realmente nuestros políticos se den
cuenta de que lo que contamos no son fábulas, y que nuestra isla de La Palma
necesita, como mínimo, dos pequeños albergues en zonas aisladas entre sí,
entonces nos ayudarán, porque ya somos muchos los que clamamos para lograr este
mismo objetivo.
Quizás si las llamadas de ayuda que recibimos
nosotros las recibieran ellos, los alcaldes de los municipios palmeros y hasta
el mismo presidente del Cabildo, seguro que entonces verían todo mucho más
claro. Ese es nuestro deseo, que la gente comience a llamar a sus alcaldes y
explicarles lo que ocurre.
Ellos, por otro lado, deben escucharnos en
algunos argumentos: por ejemplo, que la Ley de Protección de los Animales del
año 1991, dice en el capítulo V, artículo 17, señala lo siguiente:
1- Corresponderá a los ayuntamientos la
competencia de recogida de animales abandonados.
2- Con tal objeto, los ayuntamientos
acordarán la asignación de los medios materiales y humanos necesarios o
concertarán la realización de dicho servicio con el Cabildo Insular y la
Consejería competente.
3- En las poblaciones o islas donde existan
entidades protectoras de animales legalmente constituidas y soliciten hacerse
cargo de tal servicio, podrán ser autorizadas, en convenio.
Nosotros seguiremos trabajando para hacer
realidad el proyecto de conseguir un lugar para los animales abandonados. De
momento, ya existen personas desinteresadas que nos ayudan, cada uno desde sus
posibilidades, y no me refiero a la economía solamente, sino a cuidar en sus
viviendas algunos de los animales que vamos encontrando en La Palma.
“Un país, una civilización, se puede juzgar
por la forma en que trata a sus animales”.
Palabras de Mahatma Gandhi.
Texto y Fotos de
* Palabras al Aire
Palabras de Mahatma Gandhi.
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* Palabras al Aire
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